Coré:
De
esta situación que vivió Coré y todos los que se rebelaron vemos que no solo se
oponían al elegido de Dios que era Moisés en este momento, sino contra Dios
mismo. El propósito de Moisés era cumplir la voluntad de Dios y guiar al
pueblo, y no enseñorearse como ellos lo manifestaban, por lo tanto debían
sujetarse como servidores escogidos a lo que Dios hablaba a través de Moisés y
Aaron, y no traer división.
Coré
era un levita que servía en el tabernáculo del Señor pero al parecer era un
hombre falto de carácter y no comprendía que la visión estaba sobre Moisés, y
con su lengua contaminó a otras personas sin percatarse que era una cabeza
visible dentro del servicio y su labor no era opinar acerca de lo que se hacía
sino obedecer, pues si había cualquier error el responsable ante Dios era
Moisés.
Esto
trajo como consecuencia un juicio de Dios y que estas personas fueran tragadas
por la tierra pues a Dios le desagradó esta actitud en contra de su escogido y
en contra de lo que Él había ordenado hacer.
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